viernes, 7 de julio de 2023

EL IMPACTO DE LAS AMPUTACIONES EN LA SALUD MENTAL (II)

 3. AMPUTACIÓN Y SALUD MENTAL

a. Sintomatología

Respecto a los estudios centrados en los aspectos y variables psicológicas son escasos pero aportan datos relevantes sobre la alta tasa de problemas de salud mental en las personas tras una amputación.

Los estudios concluyen, a modo general, que la reacción y readaptación a la vida después de una amputación se asocia con la incidencia de signos de depresión, ansiedad, síntomas de estrés postraumático, alteraciones en la imagen corporal y deterioro en la calidad de vida percibida en comparación con la población general. Artículos recientes confirman que las personas con una amputación tienen una mayor tendencia a desarrollar problemas de salud mental, siendo la prevalencia de depresión más elevada y significativa que en población general.

a.1. Síntomas depresivos y ansiosos.

Los síntomas de depresión son significativamente altos durante los 2 primeros años después de la amputación. Estos síntomas están relacionados con la dificultad para la utilización de las prótesis y la disminución del nivel de movilidad. Los síntomas se mantienen durante más tiempo por la presencia de restricción en la movilidad, la interpretación de vulnerabilidad y una sensaciones de pobre salud. Los síntomas de ansiedad son altos durante el primer año después de la amputación, sobre todo en relación con la imagen corporal.

Aspectos ambientales como preocupaciones que surgen con respecto al futuro, aspectos económicos, laborales, domésticos, familiares, así como gestiones de tipo legal, causan niveles de estrés elevados e influyen en el proceso de ajuste a la nueva situación. Por otra parte, esta sintomatología va a depender de variables tales como la edad, nivel educativo, status marital, percepción de estigma o trabajo.

a.2. Síntomas de estrés postraumático

Existe poca investigación relacionada con el estrés postraumático. En la mayoría de los participantes de los estudios reportan que manifestaron experimentar shock y altos niveles de ansiedad cuando se enteraron que iban a tener que amputar alguna de sus extremidades. 

En relación con amputaciones de tipo vascular o de diabetes no se encuentran asociados síntomas de TEPT, por otro lado, aquellas que son ocasionadas por accidentes de tipo laboral o traumático presentan en mayor medida sintomatología de estrés postraumático. Sin embargo se debe tener en cuenta a la hora de realizar una adecuada exploración psicopatológica ya que el origen resultaría ser causado por la amputación o por propio suceso traumático o por la combinación de ambas.

b. Imagen corporal

En sentido general los cambios que se viven son: dificultades en el funcionamiento físico, pérdida de habilidades, experimentar cambios en las relaciones sociales, habituarse a la utilización de prótesis, estatus económico así como experimentación de sensación de miembro fantasma o en el peor de los casos dolor de miembro fantasma o diversos dolores. Todas estas variables afectan la tanto a la calidad de vida como al equilibrio emocional, sobre todo en alteraciones en el autoconceptoautoestíma y la imagen corporal.

La imagen corporal es una de las variables mayormente implicadas en la mayoría de las amputaciones y está implicada en el proceso de ajuste emocional, social y laboral. La insatisfacción con la imagen corporal está asociada a una baja autoestima, pobre autoconcepto, ansiedad interpersonal, problemas sexuales y síntomas depresivos, así como generar sensación de vulnerabilidad y problemas en la identidad.

Se atraviesan 3 etapas que permite adaptarse al cambio de la imagen. Las etapas son:

  1. Shock: el cual corresponde al impacto que surge después de la 1a observación de la amputación.
  2. Deseo de restauración: se basa en la utilización de mucha energía para ocultar el cuerpo y el funcionamiento alterado.
  3. Integración de la nueva imagen corporal.

c. Características de diferentes formas de amputación y gravedad psicopatológica.

Respecto a la intervención quirúrgica, una amputación suele despertar miedos e inseguridades por la misma intervención, la anestesia, la hospitalización, los tratamientos o el dolor, pueden representar una amenaza para la persona. Además, la amputación suele provocar sentimientos de aflicción porque conlleva una pérdida irreversible y obliga a acomodarse a una vida con limitaciones.

A menudo se observa que la gravedad es menos determinante que el tiempo del que dispone la persona para integrar o ajustarse que ha de ser (o que ha sido) amputado.

  • Intervención quirúrgica de urgencia: el paciente apenas ha dispuesto de tiempo suficiente para procesar emocionalmente que será amputado, pueden aparecer reacciones de estupor, desconcierto y depresión.
  • Amputación traumática: cuanto más imprevisto sea el accidente y cuanto más graves sean las lesiones corporales producidas, mayor será inicialmente el impacto emocional, pueden aparecer sintomatología de estrés post-traumático, depresión y ansiedad que si no se abordan a tiempo podría derivar en trastornos mentales.
  • Amputaciones patológicas de origen vascular o endocrino: si bien en muchos casos se dispone de mayor tiempo para la necesaria mentalización del paciente y sus familiares, el distrés puede prolongarse por la incertidumbre y el temor a posibles amputaciones posteriores. Tienden a mostrar mayor enfado y hostilidad inmediatamente después de la amputación que otro tiempo de intervenciones.
  • Amputaciones por etiología oncológica: la amputación de un miembro doloroso puede inicialmente ser vivida como una liberación, sin que por ello el paciente deje de estar emocionalmente afectado. Suele perdurar el temor a la recidiva, sobre todo en los primeros años posteriores a la amputación.

d. Discapacidad o personas con diversidad funcional

Se han encontrado investigación que hacen referencia a la dificultad que posee una persona con amputación para asumir el rol de persona con una funcionalidad diferente a la que tenía anteriormente. 

En una investigación cualitativa realizada por Saradjian y Thompson, se encontró que las personas con una amputación no se consideran personas con discapacidad. En este caso los investigadores propusieron incluir en los programas de intervención psicológica componentes de psicoeducación (personas con funcionalidad diversa) y grupos de apoyo en los que se perciban parte de un grupo social.

e. Dolor de miembro fantasma

Sensación del miembro fantasma (SFM) consiste en la percepción no dolorosa de la presencia continuada del miembro amputado. Al menos el 85% de las personas que han tenido una amputación han sufrido el fenómeno de SMF. La SMF puede mantener la ilusión de que dicho miembro todavía está incorporado. 

Por otra parte, el Dolor de Miembro Fantasma (DMF), es una sensación dolorosa que la persona localiza en la porción amputada de la extremidad. El dolor del miembro fantasma algunas veces es intermitente y puede tener serias consecuencias a nivel de salud mental, funcionamiento y calidad de vida, porque interfiere en el proceso de rehabilitación y en el entrenamiento para la utilización de la prótesis, disminuye la habilidad de caminar, la posibilidad de empleo y la participación en actividades sociales. Su presencia incrementa el riesgo de desarrollar una depresión o síntomas depresivos luego de la amputación y la intensidad en que el sujeto percibe este dolor está directamente relacionado con el incremento de síntomas depresivos, ansiosos y el estrés, estas reacciones aunadas a la sensación de dolor repercuten de forma negativa en la capacidad de alcanzar una adecuada adaptación a la pérdida de la extremidad.

4. APOYO SOCIAL

El apoyo social adaptativo se ha definido como la capacidad que tiene las redes sociales para brindar respuestas positivas a conductas que no sean contingentes o dependientes del sufrimiento, por que a la vez, este apoyo sea percibido como incondicional por parte del sujeto. El apoyo debe de ser equilibrado procurando que la persona no llegue a crear una relación de dependencia y permitir generar autonomía e independencia funcional.

El apoyo social, y más aún, la sensación de apoyo social, está relacionado con el buen ajuste a largo plazo. Un adecuado apoyo social o familiar estar relacionado con menor intensidad de dolor, mayor adhesión terapéutica y farmacéutica, mayores niveles de actividad y tienen más probabilidad de retomar su trabajo y ocupación. Las personas amputadas que cuentan con parejas y que mantienen un vínculo de sostén y acompañamiento tienden a mejorar en cuanto al ajuste psicosocial.

Por otra parte, se ha observado la importancia de los grupos de apoyo mutuo (GAM) para y el papel que ejerce en el proceso de recuperación. En el caso de los GAM sus integrantes comparten un mismo problema, dificultad o experiencia, donde se realizan reuniones de forma periódica. En el caso de las amputaciones, tanto aquellos formados por personas con un problema de la amputación como aquellos integrados por familiares y personas allegadas, tienen un mismo objetivo: ofrecer apoyo y comprensión a quienes comparten una misma situación, para que todos los integrantes afronten de forma más adaptativa, e intercambien conocimientos y experiencias.

En la actualidad podemos contar con diferentes asociaciones como por ejemplo ANDADE (Asociación Nacional de Amputados de España) a nivel estatal o AGAPA (Asociación Gallega de Personas Amputadas) a nivel de Galicia o AFANIP (Asociación de Familias de Niños con Prótesis). En la mayoría de estas asociaciones hay profesionales cualificados como abogados, terapeutas ocupacionales, psicólogos clínicos, fisioterapeutas, etc. especializados en personas con amputaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario